La DANA en Valencia nos ha dejado imágenes desgarradoras: hogares destruidos, calles sumergidas y, lo más doloroso, vidas truncadas. Cuando algo así ocurre, no es solo el exterior lo que se desmorona; el mundo interior de quienes lo han perdido todo queda devastado. Aunque cada persona afronta el dolor de manera diferente, estos consejos, pueden ayudar a quienes están enfrentando el reto de reconstruirse desde cero.
Con cariño y mucho respeto a vuestro dolor y con el animo de apoyar estos tan difíciles momentos:
1. Aceptar las emociones sin juzgarlas
Sentir tristeza, ira, o una profunda desesperanza es natural tras una pérdida de esta magnitud. La neurociencia nos muestra que el cerebro humano necesita procesar estos sentimientos antes de comenzar a sanar. El duelo no tiene un tiempo específico, y es un proceso único para cada persona. Permítete sentir lo que surge en cada momento sin juzgarte; el dolor es una señal de que eres humano y de que tus pérdidas significan algo profundo para ti.
Llora tanto como lo necesites, habla del tema. Intenta descargar tu ira gritando mucho a solas o en lugares apartados, no lo hagas con tus seres queridos o con otras personas, esto también
daña tu interior y no te permite sanar.
2. Buscar un sentido de apoyo, aunque sea en pequeñas interacciones.
En la pérdida absoluta, el cerebro humano se beneficia enormemente de la cercanía de otros. Investigaciones muestran que el apoyo social activa el sistema de recompensa en el cerebro, calmando la respuesta al estrés y promoviendo la recuperación emocional. Si has perdido seres queridos o si el sentimiento de soledad es abrumador, incluso una conversación breve con alguien puede ayudar. No temas abrirte a aquellos que están ahí para escucharte y, si es
necesario, pide ayuda de profesionales que pueden acompañarte en este proceso tan difícil.
Ayudar a otras personas que están en tu misma situación es una forma de recuperarte y sanar mas rápido.
3. Focalizar en los pequeños pasos: tu cerebro lo necesita.
Ante una pérdida tan masiva, el instinto puede llevarnos a intentar recuperar todo de golpe. Sin embargo, esto puede resultar abrumador. La neurociencia sugiere que el cerebro responde mejor cuando descomponemos grandes tareas en pasos manejables. Haz una lista con cosas pequeñas que puedas realizar día a día, desde limpiar una pequeña área hasta organizar papeles importantes. Esto ayuda a recuperar un sentido de control y de avance, lo que es
fundamental para empezar a sentirte menos sobrecogido.
Escribe las tareas que quieres realizar o debes realizar para mejorar tu situación y luego dales prioridades, y comienza a realizarlas una a una, poco a poco y con calma.
4. Practicar la autocompasión y evitar el autojuicio.
Tras una catástrofe, es común experimentar culpa o pensamientos de “debería haber hecho más”. Sin embargo, la autocompasión, entendida como tratarte a ti mismo con la misma amabilidad que ofrecerías a un ser querido en una situación similar, es clave para la recuperación. La autocompasión activa zonas en el cerebro vinculadas a la empatía y reduce la actividad en áreas asociadas con el dolor y el sufrimiento. Recuérdate a ti mismo que estás
haciendo lo mejor que puedes bajo circunstancias extremas.
No podías haber hecho más de lo que hiciste, no puedes cambiar lo que paso y nada estaba en tus manos, la potencia de la naturaleza esta fuera de tu alcance, no te culpes, y ve hacia delante, es momento de reconstruir.
5. Crear rituales personales de significado.
Para aquellos que han perdido seres queridos, objetos importantes o lugares llenos de recuerdos, la psicología y la neurociencia sugieren que crear pequeños rituales puede proporcionar una sensación de cierre y de conexión. Esto podría ser encender una vela en honor a quienes has perdido, escribir en un diario sobre tus recuerdos, o simplemente tomarte un momento de silencio para procesar. Estos rituales no eliminan el dolor, pero ayudan a tu
cerebro a encontrar sentido y continuidad en una realidad que ha cambiado drásticamente.
Si eres religioso, realiza los actos rituales de tu religión. Promete a tus seres queridos que por ellos te vas a recuperar y vas a salir adelante.
6. Redescubrir la esperanza en gestos altruistas.
El altruismo tiene beneficios neurocientíficos directos; dar a los demás y recibir ayuda activa el sistema de recompensa del cerebro, liberando dopamina, que produce una sensación de calma y bienestar. Aunque puede ser difícil pensar en ayudar a otros en medio de una pérdida, muchos encuentran consuelo en los actos de bondad, ya sea recibir o brindar apoyo. Hay que recordar que todos somos vulnerables y que juntos podemos sobrellevar el sufrimiento ayuda a
fortalecer nuestra resiliencia y fomenta un sentido de comunidad que puede ayudar a sanar.
Como ya he dicho, busca personas que están en una situación similar o mas precaria que la tuya, y ayuda al menos con un abrazo, con unas palabras de ánimo. Esto te sirve a ti y a los demás, en estos momentos hay que crear mucha solidaridad.
7. Reconstruir un propósito: poco a poco.
Con el tiempo, puede surgir una sensación de vacío o falta de propósito. En estos momentos, es importante recordar que el propósito puede ser reconstruido desde cosas pequeñas y significativas. La neurociencia sugiere que cuando tenemos metas concretas y alcanzables, el cerebro libera neurotransmisores que contribuyen a una sensación de satisfacción y bienestar. Busca propósitos sencillos que se alineen con lo que valoras, aunque sean tareas cotidianas o pequeños actos de autocuidado, y celebra cada pequeño avance como una señal de que estás avanzando hacia una vida que tendrá un nuevo significado.
Crear significado a tu vida, tras estos acontecimientos puede parecer absurdo en estos momentos, pero no te cierres a reflexionar que incluso en estas crisis existenciales se puede encontrar esperanza y reconstrucción.
Mi mensaje de esperanza
En estos momentos tan difíciles, es normal que la esperanza parezca lejana. Sin embargo, nuestro cerebro tiene una capacidad asombrosa para sanar y adaptarse. Con tiempo, apoyo y pequeñas acciones, es posible volver a encontrar significado en la vida. Aunque la realidad haya cambiado de manera drástica, tu valor como persona y tus posibilidades de reconstrucción permanecen.
Quiero recordarte que incluso en medio del dolor más profundo, siempre hay pequeños destellos de fortaleza que podemos recuperar. Confía en que tienes dentro de ti la capacidad para volver a levantarte, y recuerda que no estás solo o sola.
Busca ayuda de profesionales de la salud mental que te pueden ayudar en estos momentos tan difíciles.
Soy Gabriela Guzmán Arnaud
Directora de Ilafel
Terapeuta en psicología neuroemocional
Experta en Auto sabotaje y personas de alta sensibilidad PAS
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