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¿Qué hay de malo en el autocontrol?

Foto del escritor: Gabriela Guzmán Arnaud Gabriela Guzmán Arnaud



El autocontrol no siempre es algo bueno. Estar "sobrecontrolado" puede ser malo para nuestra salud mental.

 

Tener un alto autocontrol suele considerarse algo bueno. Se cree que es clave para el éxito en muchos aspectos de la vida, ya sea conseguir un ascenso en el trabajo, seguir tu régimen de ejercicios o resistir la tentación de un dulce mientras cuidas lo que comes.

 




Pero, es posible que un alto autocontrol no siempre sea bueno y, para algunos, podría estar relacionado con conductas destructivas y de autosabotaje.

 

Es importante destacar que tener bajo control o mayor control no es ni bueno ni malo. Si bien esto nos hace más propensos a comportarnos de cierta manera, la mayoría de nosotros somos flexibles y podemos adaptarnos a las diferentes situaciones en las que nos encontramos. Entonces, independientemente de si estamos sobrecontrolados o insuficientemente controlados, esta flexibilidad nos ayuda a lidiar con los desafíos y reveses de la vida de una manera constructiva.

 




 El control excesivo como el insuficiente pueden ser un problema cuando una combinación de factores biológicos, sociales y personales nos hace mucho menos flexibles.

 




La mayoría de nosotros probablemente estemos más familiarizados con el problema del bajo control. Las personas que tienen poco control pueden tener pocas inhibiciones y tener dificultades para controlar sus emociones. Su comportamiento puede ser impredecible, ya que a menudo depende del estado de ánimo en el que se encuentran. Esto puede afectar negativamente sus relaciones, educación, finanzas, trabajo.

Son personas explosivas, irrespetuosas, arrogantes, atrevidas.

 

Control excesivo problemático

Desafortunadamente, no se habla mucho del control excesivo. Esto puede deberse a que los rasgos excesivamente controlados (como la perseverancia, la capacidad de hacer planes y cumplirlos, la lucha por la perfección y el control de las emociones) suelen ser muy apreciados en nuestra sociedad. Pero cuando el control excesivo se convierte en un problema, puede resultar perjudicial en muchas áreas de la vida.

 




Las personas muy controladas pueden tener dificultades para adaptarse al cambio. Es posible que estén menos abiertos a nuevas experiencias y críticas, y que sean muy decididos en sus costumbres. Pueden experimentar amargos sentimientos de envidia hacia los demás y tener dificultades para relajarse y divertirse en situaciones sociales. También pueden utilizar menos gestos, rara vez sonríen o lloran y tratan de ocultar sus emociones a cualquier precio.

Juntas, estas características pueden hacer que una persona sea más propensa a experimentar aislamiento social y soledad. En última instancia, esto puede causar que conductas de autosabotaje.

Son personas serias, herméticas, de respuestas secas y punzantes, controladoras.

 

Pero como las personas sobrecontroladas ya controlan y regulan demasiado, necesitan que les ayuden a aprender que a veces está bien relajarse y dejarse llevar.

 

Es muy importante que aprendan a cómo dejar de lado la necesidad de tener siempre el control, ser más abiertos acerca de sus emociones, comunicarse mejor con otras personas y ser más flexibles en medio de situaciones cambiantes.

 

 

Por lo general, se admira el alto autocontrol y las personas con un alto control excesivo rara vez son abiertas sobre sus luchas. Por eso, el control excesivo problemático puede pasar desapercibido durante mucho tiempo. Se espera que el trabajo continuo en este campo facilite que las personas obtengan la ayuda que necesitan.

 

Es importante destacar que el control excesivo y el control insuficiente son conceptos complejos y no pueden autodiagnosticarse. Si sospecha que puede tener un control excesivo o insuficiente, y especialmente si esto está afectando su salud y bienestar, es importante que consulte a profesional.

 

Esto lo puede identificar si siente que algo no va bien en su vida y detecta que realiza conductas autodestructivas y autosaboteadoras.

 

 

Gabriela Guzmán Arnaud

Experta en Ciencia de la Felicidad

Ceo de Ilafel





 

 

 











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