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Foto del escritorGabriela Guzmán Arnaud

Razones para elegir el perdón sobre la venganza


Imagina que estás en la tienda de comestibles y alguien te empuja y choca contigo. O imagina que sales con amigos y un amigo hace un comentario burlón sobre un tema que te preocupa.

O algo más fuerte, imagina que te acabas de enterar de que tu pareja te es infiel, o que tu socio de trabajo ha vendido tu patente.


Con toda seguridad vas a sentir emociones muy fuertes y perturbadoras. Experiencias como estas, en las que nos insultan, menosprecian o nos hacen sentir invisibles, pueden incluso dejarnos sintiéndonos maltratados y acabados. Esto, a su vez, puede hacernos sentir tristeza y vergüenza. Víctimas y culpables, creando una sensación de no merecer lo que nos pasa, pero al mismo tiempo, de ser culpables de alguna manera, de lo que pasa.




¿Cómo podemos evitar esta cascada de sentimientos negativos?

Según un artículo reciente en el Journal of Personality and Social Psychology , una forma potencialmente sorprendente de recuperar tu salud emocional es perdonar a la persona que te lastimó y perdonarte a ti mismo.

Con el Método Ilafel, hemos comprobado que esta aseveración da excelentes resultados.


Según una nueva investigación, escribir una carta de perdón puede ayudar a restaurar nuestra salud emocional, después de haber sido dañados. En Ilafel la persona que está llevando a cabo el método Ilafel, escribe la carta como parte del proceso de escribir su propia biografía, completando así el circulo de su autoconocimiento.


Después de escribir una carta de perdón la sensación de tener rasgos de mayor inteligencia, calidez y moralidad, son muy comunes. Algunos hacen afirmaciones como la siguiente: "Sentí que tenía una mente abierta, como si pudiera pensar". claramente sobre las cosas” y “Sentí que era emocional, que respondía y era cálido”.


La neurociencia ha podido comprobar, que para las personas que escribieron una carta expresando perdón, los investigadores encontraron que sus niveles de hormonas como la serotonina, eran más altos que las personas que escribieron una carta de venganza, en los cuales, se disparaba el cortisol, hormona del estrés y la ansiedad.

Además, aquellos que perdonaron informaron una menor inclinación hacia la autolesión, auto critica y victimismo, ya que las hormonas positivas como la serotonina les ayudan a sentirse mejor y tener una mente más abierta y más claridad de pensamiento y mejora de toma de decisiones.


En otras palabras, perdonar tiene beneficios para quienes hemos sido lastimados. Cómo sugieren los investigadores, "estos beneficios son especialmente significativos porque perdonar, aunque no es fácil, está bajo el control de la víctima”.


El que perdona recibe muchos beneficios:


1. Elimina la esclavitud de estar imaginando como vengarse.

2. Bajan sus niveles de estrés y ansiedad y por tanto tiene una mejora fisiológica.

3. Duerme y descansa mejor.

4. Su capacidad de raciocinio se abre y tiene la capacidad de tomar mejores decisiones y de ver la vida como una oportunidad.

5. Es capaz de encontrar la oportunidad de crecimiento y mejora personal en el daño recibido.

6. En resumen, es una persona libre, sana y feliz.


¿Por qué es beneficioso perdonar?

Aunque hay muchas razones, los investigadores observaron que el mayor beneficio, es que perdonar nos ayuda a sentirnos libres. Esa libertad nos da paz interior y nos hace vernos a nosotros mismos como seres capaces de ser mejores de lo que somos.

A su vez esa sensación de mejora abre el horizonte mental y la persona se percibe feliz y forja un propósito sano y positivo, dando sentido a su vida.


Quien habla de propósito, habla de sentido de la vida y quien tiene claro su sentido de vida, es feliz.


Por supuesto, no todas las ofensas son de las que nos sentiremos dispuestos a perdonar. Y se puede argumentar que tal vez algunas ofensas son lo suficientemente graves como para no ser perdonadas fácilmente, especialmente si el perpetrador no está arrepentido. Sin embargo, quien argumenta esto, no es consciente de que el rencor que siente por su agresor es un veneno que se está acumulando en su cerebro y fisiológicamente está disminuyendo el tamaño de sus partes, ocasionando enfermedades físicas que lo están desgastando, su vida se vuelve en un propósito de venganza o de odio hacia quien lo daño, considerando que todo lo malo que le sucede se debe a esa persona que le hizo daño.

Resultando incapaz de comprender que aquello que sucedió hace tiempo, quizás años, ya no está sucediendo en el momento presente y por tanto no es real, sin embargo, el hecho de haberlo convertido en su propósito de vida, trae constantemente a su vida diaria aquel acontecimiento y lo revive una y otra vez con mayor intensidad, a nivel fisiológico y hormonal, se dan las descargas hormonales que ocasionan el estrés, el miedo, que sintió entonces y que vuelve a revivir.


El nivel de cortisol se acumula en grados de toxicidad en el cuerpo, ocasionando problemas muy graves en la tensión arterial, cardiacos, aparato digestivo, o enfermedades degenerativas, falta de sueño y un desgaste físico generalizado. Por supuesto una persona que vive con estos niveles de estrés es incapaz de tener lucidez mental y pierde la capacidad de toma de decisiones asertivas. Es una persona que emocionalmente esta descontrolada, sufre mucho y hace sufrir a las personas que están cerca. Incluso puede llegar a ser hostil con los externos y con ella misma.


Entonces, ¿cómo debemos perdonar, si no es algo que no sabemos hacer?


Hay una diferencia entre perdonar a la persona y condonar lo que ha hecho. “Perdonar no es tolerar la ofensa original”.

Es decir, no perdónanos lo que nos hicieron, ni lo aceptamos, eso estuvo mal y siempre estará mal. Lo que perdonamos es a la persona que lo hizo, tomando en cuenta sus razones, es decir, lo que lo llevo a comportarse así.

Una forma de perdonar es pensar en el contexto que podría haber causado que alguien actuara de la forma en que lo hizo.

La Neurociencia y psicología positiva han descubierto que tendemos a atribuir nuestro propio comportamiento a factores situacionales, pero atribuimos el comportamiento de otras personas a sus disposiciones. En otras palabras, pensamos que, si fuimos groseros, es porque teníamos hambre, estrés y cansancio, pero ese extraño grosero en la tienda de comestibles era solo un idiota, mi pareja que me trato con grosería, no me quiere. Tratar de repensar nuestras suposiciones, y extender la empatía a lo que la otra persona pudo haber estado pasando, puede ser un buen primer paso para el perdón.

Gracias a la escritura de nuestra biografía y su análisis dirigido con el Método Ilafel, se descubren esas razones, que generalmente están muy ocultas a los ojos del receptor, pero que al salir a la luz, le iluminan y le dan mucha paz.


También vale la pena señalar que puedes escribir una carta de perdón sin comprometerte a enviarla. En terapia con el Método Ilafel, hemos observado que las personas se beneficiaron simplemente con escribir la carta, incluso sin compartirla con el destinatario.


Decidir perdonar puede ser un proceso complejo. Sin embargo, cuando estemos listos para extender el perdón, la investigación sugiere que hacerlo ayuda a restaurar nuestros sentimientos de amor por nosotros mismos, de tolerancia por los demás y de libertad personal.


Retomamos lo que ya habíamos mencionado arriba:


Los investigadores observaron que el mayor beneficio de perdonar es que perdonar, nos ayuda a sentirnos libres. Esa libertad nos da paz interior y nos hace vernos a nosotros mismos como seres capaces de ser mejores de lo que somos.


A su vez esa sensación de mejora abre el horizonte mental y la persona se percibe feliz y forja un propósito sano y positivo, dando sentido a su vida.


Quien habla de propósito libre, sano y positivo, habla de sentido de la vida y quien tiene claro su sentido de vida, es feliz.



Nuestra conclusión hemos observado y comprobado con el uso del Método Ilafel:

1. Que quien aprende a perdonar, se libera de cargas muy fuertes y dañinas que le quitan textualmente la vida.

2. Es posible aprender a perdonar y a ser libre.

3. Es posible aprender a vivir el momento presente en plena conciencia.

4. Es posible reconstruirse y crecer después de haber recibido mucho daño en la vida.

5. Quien se experimenta libre, es capaz de crear un propósito positivo de vida y de ser feliz, dando sentido a su vida.





Gabriela Guzmán Arnaud

Experta en Ciencia de la Felicidad

CEO de Ilafel




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